En 2023, año de crecimiento para CIPO
- El volumen de trabajadores/as con discapacidad en CIPO ha aumentado durante 2023 hasta las 93 personas, cinco más que el año anterior.
- También lo ha hecho el volumen de personas atendidas tanto en el Centro Ocupacional (+6) como en los hogares residencia (+5) y clientes que han confiado en nuestros servicios (+60).
CIPO ha publicado la Memoria de actividades de 2023, donde se recogen los buenos resultados, mejores que el año anterior, incrementando el número de trabajadores y trabajadoras así como las personas atendidas en el Centro Ocupacional y en los dos hogares residencia que gestiona la entidad . Por un lado, actualmente hay 32 residentes (cinco más que en 2022, gracias a la concertación del total de plazas), 20 en la del Parc Central y 12 en Pasqual Tula, con una media de edad de 52 años. Por otra parte, en cuanto al equipo humano es de 203 personas, de las cuales 93 son trabajadores/as con discapacidad intelectual, y este año se han atendido a 110 usuarios/as de entre 18 y 71 años en el Centro Ocupacional. Estos son los tres ejes principales que articulan la labor de CIPO en su plenitud, que se dividen en múltiples subáreas para contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por los Estados miembros de las Naciones Unidas.
Trabajo digno y de calidad
La plantilla de trabajadores/as con discapacidad ha crecido en otras cinco personas respecto al 2022, llegando así a las 93. Los servicios con mayor contratación son el industrial y el de jardinería, donde destacan los 32.500 kg de ropa lavada y las 57 hectáreas desbroces (un 12% más de terreno que en 2022) entre enero y diciembre. Sin embargo, L’Amanidor, el Servicio de Restauración y Catering, ha iniciado un crecimiento importante consolidando los dos espacios gastronómicos así como el equipo de profesionales, que ya cuenta con 7 personas con discapacidad. Destacar, también, los cinco estudiantes en prácticas provenientes de la Escuela de Educación Especial Xaloc, principal colaborador del proyecto, y también de Xalest que han pasado por los dos restaurantes.
Por todo ello, Jordi Garcia, el gerente de CIPO, ha puesto en valor “la contribución de la entidad para garantizar el derecho al trabajo de las personas con discapacidad intelectual así como para hacerlo cada vez más extensivo, tanto por el volumen de contratación como por el de producción”. En esta línea, una cifra que recoge todo este trabajo es el hecho de que CIPO ha ganado 60 nuevos clientes y que, al mismo tiempo, la satisfacción de éstos también ha incrementado.
Reducción de las desigualdades
Más allá de las tareas de formación, empleo y atención asistencial, en algunos casos también se han llevado a cabo proyectos para mejorar el bienestar físico y emocional a través de sesiones de fisioterapia para trabajadores/as del Centro Especial de Empleo y personas atendidas en el Centro Ocupacional, por ejemplo, o proyectos para impulsar el bienestar emocional a través de la expresión artística. Toda una serie de iniciativas que complementan las diferentes jornadas de actividad física así como de tenis y natación que han realizado más de un centenar de usuarios/as para poner en práctica hábitos saludables.
Consumo responsable
Por un lado, CIPO ha ejecutado algunos cambios en las diferentes instalaciones por ser un centro más sostenible: en la sede de la entidad se han instalado 200 placas solares y, en el hogar-residencia de Pascual-Tula , 13. En total nos permitirá ahorrar más de 50.000 kg de CO2 al cabo del año. También se han cambiado los puntos de luz por LEDs, se ha incorporado un vehículo eléctrico en la flota y se ha retirado el fibrocemento de una parte del tejado de la sede en la calle Himalaya. Esta última, gracias a una subvención de la Fundación ONCE.
Por otro lado, desde las naves de Castellar del Vallès, el Servicio de Gestión de residuos ha recogido 147.469 kg de aceite (un 28% más que en 2022), 73.145 kg de cápsulas de café (+19%) y 73.154 kg de ropa (+34%).
En 2023, nueva hoja de ruta
Este año también ha sido un año importante porque ha supuesto el inicio de un nuevo Plan Estratégico, que se extenderá hasta 2026. Después de un período de reflexión y a través de un proceso participativo, CIPO se reafirma con su misión , visión y valores y traza unos ejes estratégicos enfocados a dar respuesta a toda la serie de necesidades detectadas para conseguirlo, como el envejecimiento de las personas atendidas, el fomento de la inserción del colectivo en empresas ordinarias o la digitalización de los procesos.
“Es muy importante tener en cuenta la opinión de las personas que conocen más que nadie el día a día de la entidad. Solo escuchándolas se tomarán las decisiones acertadas que ayudarán a afrontar con éxito los retos que tiene hoy nuestra ciudad”, ha explicado Joan Madaula, presidente de CIPO. “Es un plan ambicioso, pero a la vez realista y solo se podrá llevar a cabo con la implicación y participación de todos los agentes que, de una u otra forma, están ligados a la entidad: profesionales, gerencia, consejo rector , familias, administraciones y ciudadanía”, ha añadido Madaula.
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